lunes, 15 de noviembre de 2010

Azucareras a la deriva

LAMBAYEQUE | A mi llegada a Lambayeque, rápidamente me di cuenta que esta región tenía una interesante y envidiable mediana empresa; no obstante, es evidente una ausencia de la gran manufacturera.

Un ejemplo de esto, es que Lambayeque no tiene minería como sí la disfrutan regiones como Áncash, Cajamarca y otras. Tampoco tiene petróleo como Piura, o gas como las regiones del sur y del oriente.

Se sabe que en unos, pocos o muchos años, se tendrá recién agroexportadoras bien consolidadas con el proyecto Olmos, y se podrá hablar de gran empresa, pero ahora no las hay. Así de simple y a esperar nomás.

Algunos despistados por ahí saldrán a decir que las azucareras de Tumán, Pomalca y Cayaltí son la gran empresa de Lambayeque, lo cual es risible, porque hasta ahora ni siquiera están bien formalizadas.

La explicación de por qué las azucareras lambayecanas no son consideradas grandes empresas es porque hasta ahora ni siquiera están en manos de uno o varios postores de manera formal. Y es que el Estado sigue, sigue, sigue, sigue y sigue alargando la venta de las mismas, las cuales podrán quedar en manos de los trabajadores, el Grupo Oviedo, el Grupo Gloria, Laredo de Trujillo, u otros; siempre y cuando cuenten con el dinero y las obligaciones o compromisos de inversión.

Es más que evidente que el Grupo Oviedo está detrás del proyecto de ley presentado por el parlamentario Jorge Del Castillo ante la Comisión de Economía del Congreso, quien pone un tope de venta de las acciones de las azucareras lambayecanas, incluidas Casa Grande de La Libertad, pero recién hasta diciembre del 2011.

Obviamente, en el Grupo Oviedo están contentos porque ahora la ley les deja en sus manos más tiempo dichas empresas; sin embargo, intereses aparte, la pregunta puntual es ¿qué se quiere para la región? Y estoy seguro que Lambayeque no quiere que siga esta informalidad, a pesar que muchos asalariados digan lo contrario.

Justamente, ayer en la CADE (Conferencia Anual de Ejecutivo) se hablaba de lo perjudicial que es la informalidad para los peruanos y el Estado. Y es que mientras se continúe alargando la venta de las azucareras, se seguirá caminando a la deriva y las deudas, confirmadas por Proinversión, seguirán creciendo por millones de soles.

Un ejemplo claro que las empresas informales no pueden ser consideradas serias fue y es Panamericana Televisión, quien desde hace años sigue sin tener un dueño fijo.

Miren, cuando Delgado Parker ingresó a la administración, todo el dinero que ingresaba a las arcas del canal iba a sus bolsillos, simplemente porque tercerizó los pagos.

Tras su salida, le preguntaron por qué jamás pagó las deudas de la entidad ni a sus trabajadores, y éste dijo que mientras la ley no lo reconozca como dueño oficial, él no tenía la obligación de invertir o pagar porque corría el riesgo que le quiten dicha propiedad.

Lo mismo ocurre en empresas que aún no tienen dueños formales, siguen a la deriva y no se hacen responsables de los compromisos económicos, perdiendo así los trabajadores y la región.

La Columna de Editor por Rolando Alburqueque
Publicado el 15 de Noviembre de 2010, Diario Correo Perù

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